La primavera comienza y todas las flores empiezan con su locura de colores.
Montones de pequeñas margaritas intentan acercarse al sol.
Bajo el manto de las pequeñas piedras volcánicas hay mucha vida ya que los pequeños microorganismos están protegidos de los rayos ultravioleta del sol.
La porosidad de las piedras guarda la humedad y así el suelo se mantiene fresco.
En la imagen se puede ver bajo los pies de una lagerstroemia el fruto de algún micelio con ganas de crecer.
Los colores cobrizos de los brotes de lagerstoemia y su tronco de corteza peculiar dan un buen espectáculo de color.
La buganvilla todavía inactiva espera con impaciencia los calores y las horas de luz.
Estas imágenes son el principio de una atracción hacia el sol y mas adelante brotaran colores nuevos.
El huerto de frutales se desnuda por la llegada del invierno, parece estar sin actividad pero en realidad sigue su ciclo.
Cantidad de cosas ocurren aunque no las apreciamos y es porque no las vemos de cerca. Yo hoy que tengo el día libre me he deleitado dándome un paseo entre los frutales y aprovechando su desnudez planificar su poda.